La Amiga:
Es una verdad universalmente reconocida que todo hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita esposa
Así comienza una de las comedias románticas más famosas de la literatura universal: Orgullo y Prejuicio. Y querida amiga Cooking-Love, esta entrada es para ti porque sé que tu película favorita es precisamente la versión que se hizo de esta obra en el 2005.
Ya lo he contado en alguna ocasión, mi pasión por esa historia comenzó algo más de un lustro cuando el libro llegó a mis manos. La historia, escrita por Jane Austen en 1813, la empecé a leer con ciertas reticencias… Y es que en mi adolescencia hice el intento de leer otro de sus libros y caí en el más soporífero aburrimiento. Pero claro, por aquellos entonces era yo menos romántica y mis momentos de lectura me gustaba llenarlos con mi amiga Agatha Christie y un buen tute de cianuro… Pero la fluidez de Orgullo y Prejuicio me enganchó desde el principio. Tanto es así, que es el único libro que he comenzado a leer por segunda vez justo tras acabar de leerlo la primera vez.
La historia no te la voy a contar porque ya te la conoces, ¿verdad? Lo que quiero compartir contigo son más maneras de disfrutar de ella. Además del libro, donde puedes saborear la historia en su más puro estado, hay otras versiones cinematográficas que seguro te gustarán.
La película más antigua que conozco es la que protagonizaron Greer Garson y Laurence Olivier en 1940. Este Darcy se pasa un poco de arrogante (pero es que Laurence Olivier nació para ser Heathcliff en Cumbres Borrascosas; otra obra genial por cierto). Pero la historia tiene el ritmo agradable de las películas americanas en blanco y negro y su toque gracioso muy al estilo de «Mujercitas» protagonizada por Katharine Hepburn (otra de mis favoritas).
Luego la BBC hizo dos adaptaciones de la novela, una en 1980 y otra en 1995. Esta última es probablemente la adaptación más conocida y también la más fiel al libro. Además, tiene al Mr. Darcy más famoso de todos: el protagonizado por Colin Firth. Los seis episodios de la serie los suelo disfrutar en plan maratón esos días de gripe cuando la fiebre sólo me deja toser tirada en el sofá.
Pero a mi hay dos «Darcys» que me gustan más que Colin Firth y aún no sé con cual quedarme (* Nota personal: quedarme, quedarme, me quedo con el que tengo en casa pero aquí, entre nosotras, creo que le da más aire a Luke Skywalker que a Mr. Darcy…).
Primero está el que tú conoces, el de la película del 2005. Con esa carilla de niño bueno que tiene Matthew Macfadyen no le sale la pedantería ni a tiros pero a mi me resulta muy tierno el buen hombre. Ahora eso sí, me quedo con la Lizzy de 1995 (Jennifer Ehle) mil veces antes que con Keira Knightley. Curiosamente de esta película hicieron dos versiones, la versión europea más purista y, fiel a las historias de Jaen Austen, sin beso. Y la versión para el público americano que incluye el ansiado beso justo antes del «The End».
Pero el Darcy guapo, guapísimo es el que protagoniza Bodas y Prejuicios. Una versión «bollywoodiense» del tema que creo está muy bien conseguida porque además nos mete de una forma muy divertida en la tradición del cine indio (lleno de colorido, bailes y música).
Y hay aún más versiones de la obra pero ahora prefiero enseñarte algunos de mis dibujillos sobre el tema. Porque además del dibujo que ya conoces (publicado en mi blog de La Ilustradora de Princesas), tengo unas cuantas Lizzy Bennet entre mis cuadernos de dibujo. Primero está la Lizzy inteligente pero orgullosa y prejuiciosa:
Y la Lizzy que empieza a dudar de sus propios juicios. Ya sé que tiene sus fallillos pero tiene el mérito de ser también una de mis primeras princesas de ojos tristes:
Y por último está tu Lizzy. Y como tuyo que es Cooking-love, ya le puedes ir buscando un marquillo: